Más allá del golpe emocional que ha supuesto para todos la crisis del COVID-19, la vulneravilidad experimentada es y será, muy probablemente, el echo de mayor impacto de cara al planteamiento de una nueva realidad. Durante estos meses de lucha contra el coronavirus, la creatividad, ingenio y recursos de arquitectos, diseñadores e ingenieros ha llevado a la creación de diversas soluciones que han ayudado durante la crisis y ayudarán durante la nueva realidad. ¿Cómo ha ayudado y ayudará el diseño de producto en la lucha contra el coronavirus? ¿Qué papel juegan ingenieros, diseñadores y arquitectos en toda esta lucha?
La crisis del coronavirus nos ha obligado a reaccionar rápido como sociedad, tratando de aportar soluciones inmediatas a todos aquellas carencias o necesidades que han surgido durante este periodo de emergencia sanitaria sin precedentes.
Nos hemos encontrado ante la necesidad de enfrentar problemas de forma urgente, en las que diseñadores, ingenieros y arquitectos han propuesto soluciones rápidas para ayudar en esta lucha.
Sin embargo encontramos también una serie de preocupaciones y necesidades que surgen con motivo de esta pandemia y que van a ser más sostenidas en el tiempo. Todas ellas marcan un nuevo paradigma en el diseño y desarrollo de determinados productos que se deberá tener en cuenta de cara a futuro.
EL DISEÑO DE PRODUCTO ANTE LA EMERGENCIA
La pandemia del COVID-19 ha puesto de relieve la frágil capacidad de reacción de la mayoría de países del mundo.
Una crisis que está haciendo estragos entre la población y que ha evidenciado las carencias actuales de un modelo social, económico e industrial que, ante la saturación del sistema sanitario, ha visto obligado a hacer una llamada a la solidaridad para la fabricación doméstica de material con el que combatir la enfermedad. Una llamada a la que han respondido diversas iniciativas surgidas a través de nuevos modelos de gestión y organización para el diseño de soluciones de emergencia.
Así, por ejemplo, distintas iniciativas de diseños open source se están compartiendo entre la comunidad Maker para que todo aquel que disponga de una impresora 3D, la ponga a trabajar para, entre otras cosas la elaboración casera de pantallas protectoras. También desde el sector textil se han hecho distintas llamadas para elaborar batas y mascarillas. Empresas dedicadas a la destilación de alcohol fabricando geles hidroalcoholicos e higienizantes.
Diversas iniciativas para la fabricación de respiradores tanto por parte de empresas privadas (SEAT con su OxyGEN o DYSON con su CoVent) como por iniciativas solidarias como el colectivo Coronavirus Makers y su Sistema Reesistencia.
También hospitales de campaña con estructuras hinchables que funcionan gracias a la presión del aire y que mediante filtros, garantizan las condiciones higiénicas necesarias de un quirófano convencional. Como el realizado por Tecnodimensión para Pachuca (Mexico).
UN NUEVO PARADIGMA PARA EL DISEÑO DE PRODUCTO
Todas esta nueva realidad entre otras cosas ha puesto de manifiesto defectos de muchos objetos actualmente existentes. Objetos en los que su uso prolongado manifiesta serias carencias de usabilidad o confort y que en algunos casos han encontrado en el diseño, pequeños remedios para la mejora de su usabilidad. Así mismo encontramos también objetos que nos obligaban a interactuar con ellos mediante las manos y que a través de artilugios más o menos rudimentarios, el diseño de emergencia ha posibilitado su adaptación. Objetos que, cuando termine la situación de emergencia actual, deberemos replantear y valorar si cumplen o no con las nuevas expectativas que se estén generado. Tendremos entonces la oportunidad de proponer, con los timmings y procesos de gestión y validación debidos, respuestas más sólidas a estas nuevas necesidades.
Los materiales jugarán también un papel relevante. Según diversos estudios, el coronavirus permanece activo durante menos horas en superficies porosas como el papel o el cartón, mientras que en otras superficies como el vidrio, el plástico o el acero inoxidable, podría permanecer hasta 72 horas. Todavía es pronto para extraer conclusiones acerca de qué materiales serán más adecuados para evitar el contagio, pero sin lugar a dudas, la investigación en este campo será uno de los principales aliados para la definición de los nuevos objetos y espacios que diseñaremos a partir de ahora.
Por otra parte, la forma en la que nos relacionamos con los objetos, y muy especialmente la manera como interactuamos con ellos, será clave para la definición formal de los nuevos productos que diseñemos. En este punto, ante la crisis que estamos viviendo en la actualidad, la incorporación de tecnología al diseño va a jugar un papel fundamental en adelante.
Y por último, la crisis del COVID ha puesto de manifiesto también la necesidad de ser más sostenibles y el colapso medioambiental que ha generado el modelo de consumo capitalista en el que vivimos. La actual crisis nos presenta una nueva oportunidad para cambiar el modelo económico y garantizar nuestro futuro a largo plazo. Podemos decidir si queremos que el diseño se convierta en un simple ejercicio de adorno para alimentar un modelo consumista o hacemos que se reivindique como una herramienta enfocada en las necesidades reales de las personas.